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ogo-blog-un-pedacito-de-psicologiaCada día estamos más cerca de la “Nueva normalidad” de la que tanto se habla en los medios.

La “Nueva normalidades la expresión con la que ya se denominó al periodo tras la crisis financiera vivida en 2008. Es decir, sería llegar a ese futuro, no tan lejano, en el que nuestras vidas comenzarían a ser más parecidas a antes de que llegase la pandemia del nuevo coronavirus covid-19.

Esa “Nueva normalidad” conllevaría volver a nuestro día a día, al principio con grandes restricciones e irlas suavizándolas hasta volver a reactivarnos de la forma más parecida a cómo vivíamos hace unos meses. La diferencia entre esta “Nueva normalidad” y la “Antigua normalidad” es que quizá debamos adoptar nuevas costumbres que anteriormente no contemplábamos necesarias.

Uf, ¿tengo cambiar mi vida? Lo creas o no, tu vida cambia casi a diario, aunque no seas capaz de darte cuenta. A diferencia con lo “anterior”, la Nueva normalidad supone el cambio grande tras el cambio “inmenso” que supuso la pandemia.

Esta transición supone el gran momento esperado tras más de dos meses de confinamiento en nuestros hogares y un pequeño halo de esperanza para nuestro futuro.

Hoy te damos una serie de consejos para esta transición a la “Nueva normalidad” que se acerca.

Consejos psicológicos para la Nueva normalidad

  • Retoma tu vida con medidas de protección.

Lo más importante en este momento de desescalada a la Nueva normalidad es no tener prisas ni querer correr en demasía.

Piensa en todo el tiempo que hemos estado confinados y que podría repetirse si no seguimos las medidas que nos aconsejan desde el Gobierno.

Por ello, lo primordial y más importante es seguir con esos consejos oficiales y adoptarlos en nuestro día a día como una costumbre, tanto por nuestra seguridad como por la de los que nos rodeas.

  • Reactiva tu vida social con cabeza y criterio.

Poder ver a amigos y familiares tras tanto tiempo en confinamiento es un regalo impresionante, pero recuerda que no va a ser lo mismo de “antes”.

Esta pandemia, que nos ha restringido la vida social, nos ha enseñado lo mucho que valoramos el poder hacer planes y tener relaciones sociales, pero eso no es excusa para recuperar el tiempo “perdido” de cualquier forma.

Tener la oportunidad de ver a amigos y familiares nos ayudará a sentirnos mejor, a aumentar nuestra calidad de vida, a llenarnos de emociones positivas y a volver a sentirnos parte de un grupo.

Pero, quedar con gente a día de hoy, no supone lo mismo que hace unos meses: muchos de nosotros quizá hemos estado en contacto con el virus (y es posible que sin saberlo) y podemos hacer que otras personas puedan enfermar.

Sí, aprovecha este momento de resocialización, pero hazlo con criterio y con las medidas oportunas. Cuídate tú y a los tuyos.

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  • Pierde el miedo al virus, pero sigue teniéndole respeto.

Pese a que tenemos que llevar medidas de protección en esta transición a la que va a ser nuestra Nueva normalidad, debemos ir perdiendo el miedo a salir de nuestros hogares.

De igual forma que el virus es perjudicial para nuestra salud física, el miedo intenso a salir de casa puede serlo para nuestra salud mental.

Se están dando casos de Síndrome de la cabaña ahora que es el momento en el que se nos permite salir más de nuestros hogares. Este miedo antes no era tan palpable porque nos obligaban a quedarnos en casa y es ahora, que podemos comenzar a salir de forma voluntaria, cuando afloran más casos.

El mejor remedio para este miedo es ir exponiéndose poco a poco a él, saliendo de casa durante algo más de tiempo o distancia cada día.

Si quieres informarte más sobre el Síndrome de la cabaña, lee este artículo.

  • Cuídate físicamente.

Durante el confinamiento, es posible que nos hayamos descuidado un poco: hacer menos ejercicio, comer peor, llevar horarios de sueño cambiantes o contrarios a los que teníamos en el pasado,…

Ahora que la Nueva normalidad llega puede ser el mejor momento para volver a cambiar esos hábitos no saludables que hemos adoptado en la cuarentena.

Comienza a salir a andar o correr un poco, si no has hecho ejercicio en el confinamiento. Algo tan sencillo como un paseo largo a buen paso ya es más de lo que has podido tener estos dos meses atrás.

Lo importante es no querer tampoco correr y volver al nivel físico que teníamos antes del confinamiento la primera semana, pues puede suponer lesionarnos y/o hacernos mucho daño. Vamos a retomar nuestra condición física poco a poco.

También es importante que volvamos a cuidar nuestra alimentación y adaptemos nuestros horarios a los apropiados para la Nueva normalidad. Con esto último, me refiero a que, si no estás trabajando, pronto lo harás, por lo que es mejor ir volviendo a readaptar tus ciclos sueño-vigilia para que la vuelta sea menos costosa, como hacemos tras las vacaciones.

¡Cuanto mejor te sientas físicamente, mejor te sentirás anímica, emocional y psicológicamente!

  • Cuídate en tu puesto de trabajo.

Si tu empleo no puede realizarse telemáticamente y/o requiere del contacto con otras personas, de nuevo, adopta las medidas de seguridad pertinentes para que puedas desempeñar tus funciones desde la seguridad para ti y para los tuyos.

En caso de no tener empleo, bien porque la situación te pilló en paro o has sufrido un despido por la situación actual, proponte la búsqueda activa de empleo. Esto te ayudará no solo con la intranquilidad que supone no tener ingresos, sino también a mantener la mente ocupada y no pensar en la situación.

  • Reflexiona hacia dónde quieres llevar tu vida con la Nueva normalidad.

Si algo se ha repetido mucho en esta cuarentena es que nos ha dado mucho tiempo para pensar y darnos cuenta de todas aquellas cosas que no nos gustaban de nuestra vida (y las que sí y hemos echado de menos, por supuesto).

Por ello, la Nueva normalidad puede ser un buen momento de partida para iniciar el cambio de aquellas cosas o aspectos que no te gustaban de tu vida anterior.

Puede que te interese leer nuestro artículo de “Cómo superar una crisis” donde damos pautas para estos cambios.

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  • Acepta la situación y ten paciencia.

Tenemos que aceptarlo: nuestra vida ha cambiado y resistirnos o precipitarnos por volver a la vida anterior tal cual puede suponer un riesgo, ya no solo para ti, sino para todos.

Debemos aceptar que volver a la normalidad puede llevarnos un tiempo, así que tenemos que armarnos de paciencia.

Piensa que hacer las cosas paso a paso supondrá menor probabilidad de volver a sufrir lo mismo que hace unos meses.

  • Lidia con la incertidumbre lo mejor que puedas.

A todos nos gustaría saber qué va a ser de nosotros dentro de un mes, unas semanas o un año, pero tal y como están las cosas, no podemos hacernos una idea ni siquiera aproximada. Piensa en que nadie esperaba que pasara algo así hace unos meses, por lo que en futuro todo es incierto.

Por lo tanto, lo mejor es no predecir el futuro. Esto nos puede llevar a la desesperación y ansiedad.

Hay una frase de Mark Twain que dice: “He tenido muchos problemas, pero la mayoría nunca han pasado”. Esto quiere decir que, aunque nos pongamos en lo peor, no quiere decir que eso vaya a ocurrir, o lo que es peor: que nosotros mismos lo acabemos provocando, como reza el Efecto mariposa.

  • No aceptes todo lo que pasa por tu mente.

Como hemos dicho en el punto anterior, no todo lo que pensamos es la realidad.

¿Qué pasa si nos centramos en ello? Pues lo más probable es que acabemos sintiéndonos mal, sobre todo si se trata de unas circunstancias que no podemos cambiar nosotros.

Nuestra mente suele ponerse en lo peor que puede ocurrir para mantenernos alerta y preparados cuando llegue, pero puede que nunca lo haga, por lo que sufrimos en el presente algo que ni siquiera suceda en el futuro.

Pensar de forma negativa hace que nos sintamos mal y esas emociones pueden hacer que pensemos todavía peor, cayendo en un círculo vicioso que poco  nos ayudará.

Piensa que lo que tenga que pasar, pasará, por más que lo anticipes o no. Pero, ¡ojo!, no hablamos solo de lo “malo”, sino de lo “bueno” también y cuando llegue ya nos preocuparemos o disfrutaremos de ello.

Centra tu mente en el día a día y en el corto plazo.

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  • Apóyate en la gente de tu entorno y apoya a los tuyos.

Piensa que esta transición a la Nueva normalidad está siendo compleja para muchos de nosotros y unos lo pasan peor que otros, por lo que, si estamos unidos, podremos hacernos las cosas más fáciles.

Ayuda a la gente de tu entorno y pide ayuda si la necesitas.

Es ahora, en los momentos difíciles, cuando más nos necesitamos.

  • Cree en tus fortalezas.

Confía en ti, en tus posibilidades y en que vas a salir fortalecido/a de esta situación.

Los momentos complicados nos hacen sobreponernos y hacernos más fuertes y este no va a ser para menos.

Sé creativo/a, busca diferentes formas de hacer las cosas como plan “B” si falla el “A”,…

Vas a poder con ello y debes tenerlo muy interiorizado.

¿Quieres saber cuáles son tus fortalezas personales? Entra en este artículo.

  • Expresa tus emociones, no las dejes encerradas.

Algo muy importante es que compartas con tu gente cercana tus emociones en este momento de cara a la Nueva normalidad.

A parte de desahogarte con ellos y vaciarte de esas emociones desagradables, también podrás comprobar que mucha gente se siente igual que tú.

Cuando lo estamos pasando mal creemos que nadie nos podrá comprender, que estamos solos en el mundo y que debemos sufrirlo en silencio. Pues tengo que decirte que nada más lejos de la realidad: somos MUCHOS los que nos sentimos mal y a veces solos y desmotivados, que la incertidumbre y el no saber qué ocurrirá hay días que nos destroza por dentro, que nos da miedo perder el trabajo, amigos, pareja, familia,…

Tener apoyo, aunque sea solamente para hablar, nos puede ayudar a salir adelante.

  • Acudir al psicólogo si lo necesitas.

Si crees que necesitas ayuda profesional porque la situación o las expectativas sobre la Nueva normalidad te abruman, te aconsejo que acudas a un profesional de la psicología que te acompañe en este momento de transición.

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Conclusión.

Los momentos difíciles nos revelan lo rígidos e inflexibles que solemos ser cuando tenemos una vida estabilizada (aunque esta sea inestable), nos volvemos como rígidas barras de metal, cuando deberíamos ser más flexibles, como los juncos.

La Nueva normalidad no significa tirar por tierra toda tu vida pasada, no significa empezar de cero, no significa perderlo todo, más allá de lo que quieran decir las dos palabras que componen el concepto, quieren decir que:

1) Cuando lleguemos a ella habremos superado una prueba muy complicada.

2) Tendremos la posibilidad de retomar aquello que pausamos hace unos meses o reinventarnos.

3) Hemos sobrevivido a un virus que se ha llevado muchas vidas.

4) Algo no funcionó bien y no estábamos preparados para algo así, por lo que tendremos que revisar nuestros “protocolos” para impedir que vuelva a pasar.

5) Deberemos adoptar nuevas costumbres para cuidarnos.

Por todo lo demás, cuídate, cuida a los tuyos y verás, como en un tiempo, lo recordaremos como un momento complicado, pero será eso: un recuerdo.

Mucho ánimo en esta nueva oportunidad, en esta Nueva Normalidad.

Si lo deseas, puedes ponerte en contacto con nosotras a través de Whatsapp en 673789018 o pedir cita en el botón de abajo.

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María Cartagena

La psicología ha sido desde el principio una devoción sin la que no imagino mi vida ni la de los demás, puesto que es algo que siempre nos ha acompañado, nos acompaña y lo hará en un futuro. La Psicología es la ciencia que estudia al ser humano con unos ojos científicos, pero con un “alma” pasional.

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