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Un día cualquiera, observa a la gente mientras vayas caminando por la calle o en transporte, ¿Qué ves? Imagino que habrás podido observar cómo todas esas personas están inmersos en sus teléfonos móviles o tablets. ¿Cómo nos están influyendo las redes sociales y la tecnología?

¿Han influido las RRSS en las personas estos años?

Ha cambiado y mucho. Hemos dado paso a un mundo en que somos esclavos de las redes sociales. Un mundo donde hay un déficit emocional globalizado, ya que siempre estamos compartiendo las mejores cosas en las redes, pero dejamos atrás la emoción de lo que sentimos en ellas.

Un mundo, en que somos vistos pero no escuchados. Un mundo, en el que con un solo click, puedes llegar a estar en otro. Un mundo, en el que a las personas les asusta más que se les rompa un móvil, antes que sea una amistad. Un mundo, en el que parece que preferimos contar lo mal que nos sentimos en las redes, antes que llegar a abrazar a un amigo. Un mundo, en el que recuerdas los momentos por qué Facebook te notifica, y no por ti mismo.

Un mundo, el que siempre se entristece cuando ve que tiene poca batería. Un mundo, en el que nos estamos volviendo antisociales y  no queremos mirarnos los unos a los otros a la cara, si no que nos conformamos haciéndolo a través de una pantalla. Yo te recomiendo que levantes la mirada y apagues la pantalla.

Con tantas cosas que tenemos para ver por el mundo, y tener que encerrarnos en nuestro propio mundo informatizado. El cual como todas las cosas tiene su parte buena y la no tan buena, depende del uso que hagamos de las mismas.

Buen uso de las redes sociales

El buen uso de estas puede dar lugar a la facilitación de nuestro día a día, ya que nos permiten estar interconectados con nuestra familia, amigos, etc, a pesar de la distancia física, podemos ver a nuestro familiar o amigo que se encuentra a miles de kilómetros, podemos ahorrar tiempo de nuestro día a día, encontrar ofertas de trabajo, aumentar nuestro conocimiento, podemos expresar nuestra libertad de opinión…

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Mal uso de las redes sociales

La hoja oscura de este tema es el mal uso de las mismas. Vamos a abordar diferentes puntos, el primero de ellos es que puede dar lugar al cambio de algo tan íntegro y marcado desde la infancia como es la personalidad, la cual se va forjando con el paso de los años desde que nacemos.

Las redes sociales juegan un papel de un grosor más amplio del que creemos con respecto a la personalidad en la mayoría de las personas. ¿A qué se puede deber esto?, que a pesar de que es una simulación virtual, y no una realidad, dependiendo del momento de nuestra vida en que nos encontremos vamos a hacer un mejor o peor uso de las mismas, y eso conlleva a condicionar nuestra personalidad.

Hay personas que no tienen tiempo para echarse un café con un buen amigo, pero sí para estar al día de todas las actualizaciones de sus redes sociales. Antiguamente, iba a echarse ese café y a contarle lo que le preocupaba, ahora prefiere hacerlo a través de una pantalla, y así un sinfín de ejemplos más. Las personas han cambiado hasta su forma de crear o tener nuevas relaciones, las redes “han hecho que el holgazán, aún lo sea más, y encima de una forma más superficial”.

Que hipocresía se desprende al pensar que estamos en un país cada vez más democrático, cuando en realidad estamos dictados por un “me gusta” en Facebook, Instagram o cualquier otra red social. Cuando simplemente una manita con el dedo para arriba, un simple corazón indicando un “me gusta” condiciona el estado de ánimo de muchas de las personas que usan las redes sociales, repitiéndose mentalmente frases como: “este/a seguro que ya pasa de mí”, “ya no le interesa lo que subo”… y que muchos de ellos solo las usan por recibir ese refuerzo positivo que te da el tener una nueva notificación, igual que un adicto cuando ve que tiene disponible una nueva dosis.

Esa alegría que se experimenta al ver añadido un nuevo “me gusta”, que triste que se tenga más alegría por tener más cantidad de me gustas, que de poder disfrutar de una quedada con un amigo que hacía mucho que no veías, o por preocuparte de cómo le va por medio de las palabras, en lugar de hacerlo por medio de los “me gustas” o caracteres te marca la cruel tecnología. Debemos darle a la gente nuestro amor, no un “me gusta”, es algo superficial y a todo el mundo nos gusta más lo natural.

Hemos dejado a un lado el disfrutar lo bonito que tiene el viajar y conocer nuevos lugares, culturas, costumbres, diferentes sabores… a solo querer fotografiarlo. Ya no se tiene ganas de viajar para disfrutar, sino simplemente para petrificar ese momento en el que estás. Qué tristeza tan grande el no valorar, simplemente prima más el posar.

Si nos ponemos a pensar en otro de los malos usos se nos viene a la cabeza situaciones como que dónde quedó la conducta prosocial cuando a alguien acaba de sufrir un accidente y está tirado en el suelo o ha sufrido una pelea… La gente actualmente opta más por grabarlo con su teléfono móvil o hacer distintas fotos, ya que es mejor para tener tema de que hablar en las redes sociales y luego poder dejarle un comentario a esa persona lamentándote antes que prestarle la ayuda en el momento en que lo está necesitando.

Otro de los aspectos para los que se ha dado mal uso al mismo es para el acoso virtual. Antiguamente había muchas formas para acosar al prójimo, pero actualmente hay una que se usa mucho y cada vez está afectando a una mayor población, que es a través de las redes sociales.

Para que te sientas integrado en un colectivo social ya no influyen tanto los valores como la bondad, amabilidad, empatía, sinceridad, fidelidad… sino que priman otros más como es estar en posesión de redes sociales para de esa forma ellos poder etiquetarte en sus imágenes, para enterarte simplemente de las quedadas a través por ejemplo del WhatsApp, es decir, para cómo se dice actualmente “dejar de ser un bicho raro, y poder estar actualizado”.

Toda esta lista imparable ha llegado a dar lugar a que cuando una persona se queda actualmente sin teléfono móvil y ordenador o no tiene una economía para permitírselo, es como si estuviese fuera del entorno social en el que vivimos, ya que nadie lo tendrá en cuenta para quedar, y esto desemboca en una marginación de un calibre que su estado de ánimo pueda peligrar.

Otro aspecto negativo sería el ya no tener intimidad, ¿dónde quedó lo de contar tu vida en un diario o a la gente que realmente quieres?

Ahora eso ya no está de moda, por lo que nos marcan las nuevas redes esta mejor indicar que tienes una relación en Facebook antes que contárselo a tu grupo de amigos en el que confías, es mejor enterarte donde se ha ido de vacaciones tu amigo a través de las redes sociales que por medio de una conversación con él. No quedar con alguien determinado, por miedo a que alguien nos descubra por una foto.

Un peligro que crea confusión actualmente, el término de amistad. Los amigos no se miden por los contactos que tienes en WhatsApp o por los amigos que tienes en Facebook o por los seguidores de Instagram o Twitter… todo esto desemboca en una confusión de lo que es realmente la amistad.

También lleva a agregar a o aceptar personas que no se conocen simplemente por el hecho de tener más amigos, pero esto indirectamente puede verse afectado de otra forma, ya que pueden surgir personas que su interés va más allá de tener un nuevo contacto más en su lista, sino que influyen otros componentes como poder filtrear, molestar, obligar a hacer cosas que no quiere la otra persona…

¡Debemos dejar de hacernos tantos selfies y pasar más a compartir los recuerdos con la gente a la que queremos! La tecnología nos ha hecho ser más egoístas e individualistas que nunca y a crear amistades irreales, forjadas sin ninguna motivación e ilusión.

dominan-redes sociales-blog un pedacito de psicología

Otro de los puntos a destacar que he ido observando, es que ha aumentado el consumismo para no repetir modelito, para tener un mejor reloj, ordenador, etc. Se oyen continuamente frases como “no me puedo poner el mismo modelito, ya que tengo muchas fotos en Facebook con el mismo”.

Un punto relevante es que la preocupación de las mismas puede hacer que aumente el fracaso escolar o laboral, las distracciones en las aulas o en el trabajo… todo ello debido a que necesitan un feedback continuo de “me gustas” o de respuestas a sus interrogantes continuos para poder mantener un equilibrio en su estado de ánimo.

Con respecto a las relaciones íntimas, ha aumentado los celos en la pareja por el famoso “leído” o ver de color azul los mensajes directos de WhatsApp, por ver “me gustas” en diferentes personas, etc. Es mejor plantearse que esa persona está hablando con otra persona o pasa de ti, antes que reflexionar y pensar que quizás es que tenga una vida social, académica, laboral, familiar a la que necesita atender y no puede atenderte en el momento en el que tú estás solicitando su atención.

Nos están haciendo las redes sociales, que nos volvamos más impacientes, ya que no permitimos la demora en las contestaciones del otro.

Toda esta serie de puntos puede llevar a cambios en la personalidad y problemas psicológicos, si se mantiene un mal uso de las mismas. En algunos casos, se puede llegar hasta el punto de la dependencia a las redes sociales, de tener que privarse de hacer un viaje simplemente por el hecho de que en ese sitio no vayan a tener wifi o no haya la suficiente cobertura, etc.

¿Dónde quedó el salir a disfrutar cualquier fin de semana sin necesitar fotografiar ese mismo momento? ¿Dónde quedó el salir a disfrutar sin necesidad de fijarte en si el modelito que llevas salía en muchas redes sociales tuyas?

¿Dónde quedó el salir a disfrutar sin importarte que ese momento no este grabado electrónicamente simplemente recordado mentalmente? ¿Dónde quedó el poder sentir un estado de ánimo y no tener que ponerlo en Facebook, sino en contarlo a la gente que realmente le interesa o un especialista que realmente te quiera ayudar? ¿Dónde quedó el disfrutar más del sabor o textura de la comida más que del elogio que recibas por la misma en las redes?

Algunas de las recomendaciones para fomentar el buen uso

  1. No publiques nada que no quisieras que luego te repercuta. Muchos de los trabajos donde quieras entrar en un futuro o actualmente miran tus redes sociales y se rigen a través de las mismas para contratarte o no.
  2. Tener cuidado en no poner todos tus datos personales, número de tu teléfono, número de cuenta, etc. en redes sociales, puede ser perjudicial. Cuánta menos información personal pongas en las mismas mucho mejor. No permitas que el dominio público sea ahora el dueño de tus asuntos.
  3. Respétate a ti mismo/a y respeta a los demás. Estás a la vista de cualquier persona del mundo. No insultes de forma ofensiva a nadie y tolera a los demás.
  4. Es igual de importante twittear que retwittear contenido no apropiado. Algunas veces esto puede causar problemas personales, legales, académicos, laborales…
  5. No publiques información que se ha tratado de forma privada y puede dañar a alguna persona, esto hará que ya nadie pueda confiar en ti.
  6. Evita hacer comentarios o publicaciones sobre política, religión, orientación sexual… que puedan dañar a la gente que tengas en tus redes sociales.
  7. Cuidado con los horarios de publicación en redes sociales, nunca en horario de clases o trabajo. Tampoco es conveniente en tu horario habitual de descanso cuando deberías estar durmiendo, comiendo, etc., esto puede llevarte a cambios el ritmo circadiano del sueño o puede entorpecer tu vida académica, laboral, social y familiar.
  8. No aceptes a gente que no conoces de nada, puede que no vayan con la misma intención con la que tú lo estás aceptando.
  9. Procura privatizar tus redes sociales lo máximo posible para que solo pueda ser capaz de acceder a ellas quien realmente tú elijas. No pongas tu ubicación en todo momento, ya que puedes facilitar a la persona que tenga intención de hacerte algún daño, el lugar donde te encuentras en cada momento.
  10. Si alguien te está acosando por las mismas de forma ofensiva no dudes en contarlo para poner freno al mismo.

“No midas tu vida en caracteres o fotos subidas, mídela en momentos que tengas buenos día a día”.

¿Quieres ser controlado o tomar tú el control? Tú decides, está en tus manos.

Si lo necesitas, puedes pedirnos una cita aquí:

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