Skip to main content

ogo-blog-un-pedacito-de-psicologia“Nuestra relación era tóxica”, “Aléjate de esa persona tóxica”, “Tener esa amistad era algo muy tóxico”,… en cuestiones de toxicidad, parece que somos todos unos expertos a la hora de detectarla.

Está a la orden del día el descontaminarse, el buscar una vida sana física y mentalmente, apartarse de todo aquello que no sea natural, pero… ¿realmente sabrías definir qué es ser “una persona tóxica”?

Sabemos que todo lo que tenga que ver con lo tóxico es malo, por lo tanto es una persona que causa malestar, pero… ¿y si nosotros mismos tuviésemos algún comportamiento de persona tóxica y no lo supiéramos?

Vamos a definir de una vez por todas qué es ser una persona tóxica.

¿Cómo es una persona tóxica?

Una persona tóxica es aquella que influye negativamente en las personas de su entorno y con quien paga sus frustraciones, sobre todo con aquellas más próximas.

Suele tener una personalidad egocéntrica y narcisista, creyendo que sus circunstancias son más importantes que las de los demás o victimizándose para obtener atención: nunca les sale bien las cosas, siempre se están esforzando por los demás y no reciben lo mismo, lo han pasado peor que el resto,…

Su inteligencia emocional es muy básica y escasa y les cuesta profundamente ponerse en el lugar de los demás y eso, unido a su egocentrismo, hace que descarguen contra su entorno más próximo.

También se trata de personas muy inseguras que, para evitar ver sus propios defectos, se centran en los de los demás (y muy probablemente se los hacen saber) y critican siempre que pueden.

No encuentran la felicidad ni en ellos ni en sus relaciones con otros, por lo que los vínculos que establecen no son de igualdad ni son beneficiosos para ninguna de sus partes. De hecho, estas personas no tienen a mucha gente a su alrededor. Verás que sus amistades van cambiando mucho y son escasas, pues no sabe conservarlas (y las repelen por su forma de ser; a fin de cuentas, nadie culparía alejarse de alguien que te trata de ese modo).

Digamos, así de forma coloquial, una persona tóxica es aquella que sientes que te “roba la energía” cada vez que tratas con ella, que te agota, y que son muy absorbentes (hasta resultar asfixiantes).

Es posible que en ocasiones sí realice pequeños favores, pero que detrás esconden interés,  creyendo que eso le beneficiará en el futuro cuando él/ella necesite algo.

banner-terapia-serendipia

Pueden llegar a ser personas muy dependientes, que lo llevan todo a su terrero. Un ejemplo claro es que vayas a contarle tus problemas y acabe llevándolo a los suyos, haciéndote sombra, sintiendo que solamente habláis de él/ella.

Sienten realmente que nunca tienen la culpa de nada y que el mundo está en su contra, creyendo que merecen ser resarcidos de alguna forma, que se les debe algo.

Por último, no son capaces de apreciar sus logros y éxitos (ni alegrarse de los de otros, como hemos dicho anteriormente), sintiéndose muy poco valorados por ellos mismos, por lo que su frustración aumenta (y su toxicidad con ella). No se sienten a gusto con lo que son y, por ende, tampoco podrán entablar relaciones satisfactorias.

Sobre todo, podemos apreciar esos vínculos tóxicos en parejas (seguro que conoces algunos ejemplos, incluso vistos en series y películas), pero también se pueden dar en amistades, entre familiares e, incluso, en el trabajo con compañeros o jefes.

Comportamientos de una persona tóxica.

¿Cómo podemos detectar a una persona tóxica? Si por todo lo anterior no eres capaz de estar seguro/a de saber cómo son o actúan, te dejo algunas pistas más:

  • Es una persona que se queja por todo y nunca ve el lado bueno de las cosas. No le viene bien nada ni sale como le gustaría.
  • Nunca está satisfecho por nada. Como nada es suficiente, siempre buscará la forma de ser compensado o transformar su entorno para ser recompensado por las injusticias que cree que sufre.
  • Es una persona muy negativa y, con su negatividad, parece que te roba la energía positiva que tienes, sintiéndote cada vez que quedas o hablas con él/ella agotado.
  • Solo ve los problemas y nunca busca soluciones (ni se esfuerza aunque se las den). Adopta el “rol de víctima” y de ahí no salen. Aunque intentes hacerle ver las cosas de forma diferente, con otro punto de vista más positivo, te sacará excusas y pegas.
  • Juzga y critica sin criterio. Le gusta cotillear y hablar mal del resto, de esta forma, viendo los defectos de los demás, se siente reconfortado/a y se distrae de ver los propios.
  • Envidia lo que son y tienen los demás, nunca estará contento/a ni satisfecho/a con lo que tiene.

persona-tóxica

  • Recurre a ti cuando tiene problemas o para desahogarse, pero sientes que no puedes hacer lo mismo con él/ella, pues no está disponible para ello.
  • No tiene en cuenta a los demás ni sus opiniones, prefiere quedarse con su idea y forma de ver las cosas. Es decir, tiene una carencia grande de empatía que hace inviable un vínculo sano e igualado.
  • La culpa siempre la tienen los demás, nunca ve sus responsabilidades.
  • Suele ser dramático/a y exagerado/a.
  • No halaga ni reconoce los éxitos de otros sinceramente. Al no ser feliz con sus propios éxitos, le cuesta realmente alegrarse por los de los demás, pues es un recordatorio de lo que no tiene o consigue.
  • No se disculpa si sabe que se ha equivocado ni reconoce sus errores, eso sería disminuir todavía más su autoestima. Como mucho, se victimizará reconociéndolo en parte para que sientas pena por él/ella o reforzar su imagen de “pobrecito/a”.
  • Puede llegar a ser agresivo/a física y verbalmente cuando se enfada, debido a la cantidad de rencor y frustración acumulados.
  • Es dependiente de las personas de su entorno, necesita a alguien con quien desarrollar su rol y teme mucho dejar de tener gente a su alrededor.
  • No tiene aspiraciones importantes en la vida y objetivos aunque sean a corto plazo. Además, se excusará en lo que ocurre a su alrededor por no poder conseguirlos.

Es posible que veas en gente de tu entorno, incluso en ti, algunos de estos comportamientos tóxicos, por lo que vamos a ver qué hacer con ellos.

¿Qué puedo hacer si tengo a una persona tóxica cerca?

Es posible que hayas detectado a una persona tóxica en tu entorno más cercano, ¿es ese ya motivo para alejarte de él/ella? La respuesta es: no necesariamente.

Hay veces que, sin quererlo y por experiencias vitales, somos un poco más negativos o tóxicos de lo que “deberíamos”, pero no lo vemos.

Quizá por ello, el primer paso que te diría que podrías tomar, es hablar con esta persona y comentarle cómo ves su situación desde fuera. Siempre de forma delicada, ante todo, si quieres que no lo tome como un ataque.

Puedes ofrecerte a ayudarle a mejorar y que pueda estar bien, alcanzar una mejor versión porque no le ves feliz y eso es importante para ti. Esto solo te lo recomiendo si es una persona a la que quieres y deseas seguir manteniéndola cerca de ti, porque sabes que actúa sin maldad.

Si crees que no te va a escuchar o no te compensa, directamente te digo que alejarse podría ser la mejor opción por tu salud y bienestar.

Pero puede que me digas: María, trabajo con esta persona/es parte de mi grupo de amigos/ es un miembro de mi familia o de mi pareja/… y no puedo dejar de tratar con él/ella.

En tal caso te recomiendo que marques límites con esta persona cuando creas que se exceda y crees un distanciamiento emocional para que no te afecte ni manipule. Por ejemplo, no acudas siempre que te demande; si no te apetece realizar un favor, no lo hagas; no entres en su juego de críticas; no le sigas considerando un/a “imprescindible” de tu vida; trata lo justo con él/ella,…

Ante todo hazte estas preguntas: si no te sientes a gusto al lado de esta persona, ¿por qué sigo a su lado? ¿Me compensa seguir contando con esta persona?

¿Y si soy yo la persona tóxica?

Por otro lado, quizá te has dado cuenta de que tienes algunos comportamientos de persona tóxica. Tranquilo/a, que no cunda el pánico: tiene solución.

Los comportamientos se pueden cambiar por otros, aunque dependiendo de cuánto estemos realizándolos, puede costar un poquito más, pero no es imposible.

Primeramente: mejora tu autoestima. Es lo indispensable: quiérete un poco más, pero de verdad. Puedes trabajar tu autoestima de diferentes formas que te cuento aquí. Siempre, siempre, siempre te va a venir bien y nunca va a ser contraproducente trabajar en ti y en una mejor versión tuya, tanto para estar bien contigo como para tus relaciones con los demás.

banner-terapia-autoestima-serendipia

Por otro lado, desarrolla una escucha más activa: habla menos y escucha más. Intenta hacer el juego de ponerte en el lugar de los otros, poniéndote realmente en sus zapatos y preguntarte cómo se siente desde su posición. Además, haz por conocer la situación del otro antes de criticarlo/a.

Hacer cosas buenas por los demás también es una buena forma de cambiar de una perspectiva más egocéntrica a una más solidaria. Sé más generoso/a con tu gente.

Aunque a veces te cueste, busca alegrarte por los éxitos de los demás y no te compares con ellos: que ellos consigan cosas no invalida que los puedas conseguir tú o que consigas otros muchos.

Otra forma de mejorar tu relación con los demás, es aceptar que no posees la verdad absoluta y existen otras perspectivas y opciones. Escucha las opiniones de otros sin prejuzgarlas e interésate por entenderlas.

También puedes hacer el siguiente ejercicio para dejar de ser pesimista o cenizo/a: por cada cosa mala que veas, busca otra buena que pueda contrarrestarla, equilibrarás la balanza y no será todo tan negativo.

Por último, pero no por ello menos importante, si crees que solo/a no puedes o no sabes por dónde empezar a cambiar o alejarte de esa persona tóxica, te recomiendo que busques ayuda de un/a psicólogo/a titulado/a para ese proceso de cambio.

Que la toxicidad no te impida ser feliz, ya sea propia o de otros. Siempre se puede mejorar y tener mayor bienestar.

¿Te has encontrado alguna vez en el camino a una persona tóxica? ¿Cómo hiciste para que dejara de afectarte? Cuéntanos en comentarios.

María Cartagena

La psicología ha sido desde el principio una devoción sin la que no imagino mi vida ni la de los demás, puesto que es algo que siempre nos ha acompañado, nos acompaña y lo hará en un futuro. La Psicología es la ciencia que estudia al ser humano con unos ojos científicos, pero con un “alma” pasional.

Leave a Reply

1
Hola👋 ¿En qué te podemos ayudar?
Call Now Button