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Cuando ves tu anhelado positivo te sientes dichosa, feliz, ilusionada y pensando en cómo será tu pequeño/a. Pero de repente, y sin saber por qué, sucede aquello que más temías, un aborto. Y todo aquello que sentías se convierte en la más profunda de las tristezas. Esa tristeza tras un aborto no tiene comparación, es uno de los golpes más duros que la vida te puede dar. No importa si estabas de mucho tiempo o de poco, esa pérdida te llega hasta lo más profundo de tu alma.

En este artículo no quiero sólo darte ánimos, quiero darte la oportunidad de desahogo, de abrigarte en estos momentos que tanto lo necesitas y darte la oportunidad de llorar y sentir ese dolor que muchas veces se niega en nuestro entorno.

Un gran shock.

Cuando ves por primera vez tu positivo, no cabes de la alegría e incluso no te lo terminas de creer. Es algo que, lleves mucho tiempo esperando o poco, te llena completamente. Y desde el minuto uno que te enteras que dentro de ti crece una vida, ya lo quieres.

Lamentablemente, puede que no llegue a término ese embarazo, sea por el motivo que sea. Existen muchos tipos de aborto. Todo tu mundo se viene abajo, el dolor por esa pérdida es insoportable y no dejas de darle vueltas de por qué ha ocurrido, por qué a ti, qué has podido hacer mal.

Déjame que te diga que estás pasando por la tristeza tras un aborto, es una de las fases de un duelo y aunque no es agradable, tiene su función: repararnos. Y sí, cuando hay un aborto se pasa por un duelo, porque no deja de ser una pérdida de un ser querido, aunque aún no hubiera nacido. Obviamente tienes derecho a ese duelo, a llorar por tu pérdida.

También puede que pases por la fase de rabia o enfado y por la de negación al principio, al no poder creértelo. Son fases normales de un duelo tras una pérdida.

Te dejo este artículo por si quieres saber más sobre el duelo y sus fases:  Cómo superar un duelo
Todas esas emociones es normal sentirlas, no te asustes. Están para ayudarte, si las dejas hacerlo.

Un vacío absoluto.

Aunque duela en el alma, no puedes cambiar lo que ha ocurrido y probablemente tampoco sabrás nunca por qué sucedió, por más que le des vueltas.

Todos los proyectos que habías hecho, cómo se iba a llamar, cuándo lo dirías (si aún no lo habías hecho), la fecha de su nacimiento…ya no están. Una visita al ginecólogo o un sangrado hace que todo eso se diluya de un plumazo. Y de golpe, te deja un vacío absoluto.

El entorno no suele dar el apoyo necesario porque no saben qué decir y hay una tendencia a trivializarlo. Por ello, es vivido por la madre con un sentimiento de soledad e incomprensión.

Mensajes como estos no ayudan: “si no ha seguido hacia adelante es porque no tenía que nacer”, “tranquila, eres joven y ya tendrás más”, “mejor ahora que estás de pocas semanas que después de varios meses”, “mira el lado positivo, eso es que puedes tener hijos”…

La verdad es que, pese a que su intención sea consolarnos, esto no ayuda porque es como si le quitasen importancia a algo que para ti sí lo tiene. El dolor es una parte que no nos podemos saltar pese a que no nos guste sentirlo.

Saber que los abortos espontáneos son bastante frecuentes durante los tres primeros meses o plantearte que si ha sucedido así es porque venía mal o mejor ahora que luego más tarde, no evita tu enfado ni alivia a tu corazón.
Y es algo que sabes, pero lo hacen con buena intención y no debes descargar todo lo que sientes con ellos, nadie tiene la culpa. Ni siquiera tú.

Lo que necesitas ahora, es un hombro en el que llorar y desahogarte. Y por supuesto un gran abrazo (o varios). Hay veces que el que se sienten a tu lado en silencio ayuda mucho más que cualquier consejo o frase de ánimo.

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Tema tabú.

Ese silencio que se produce tras un aborto es algo parecido a lo que ocurre con los suicidios: no se habla de ello. Parece que si no se habla es como si no hubiera existido. Pero dentro de ti sigue ese dolor, esa tristeza tras un aborto.

Se trata de duelos no autorizados o negados socialmente. Son precisamente aquellos duelos a los que socialmente no se les da un espacio, o que parece que van a tener una rápida recuperación y por ello parece que no tienen derecho a ser llorados.

Muchas veces, se da por hecho que, al no haber nacido el bebé, no hay pérdida. No es así ni mucho menos. Existe esa pérdida y el ese dolor golpea tanto a la madre como al padre. Por ello, hay que darle la importancia que necesita.

¿Qué hacer cuando nos sucede todo esto?

  • Dale el espacio necesario a tus emociones.

    No dejes que la tristeza tras un aborto se quede acumulada dentro de ti. Exprésala y permítete llorar lo que necesites, pero sin recrearte en el dolor.
    Es decir, darle el espacio necesario pero sin hundirte y quedarte atrapada en ese dolor porque sino se haría patológico. Todo en su justa medida ayuda y en exceso perjudica.
    Si has tenido un aborto antes incluso de ver tu primera ecografía, llora igualmente. Tienes el derecho a hacerlo. Llorarás por la pérdida de esa ilusión.
    Aunque no lo hayas visto, en tu mente sí te lo has imaginado y existe. Y por tanto, tienes el derecho a llorar por su pérdida, que nadie te lo quite.

  • Apóyate en tus seres queridos.

    Ahora necesitas mimos, cariño y abrazos. Nada más. Tal vez intenten consolarte con las frases que hemos visto anteriormente. Lo mejor es que digas lo que necesitas y lo que no.
    Si sólo necesitas un abrazo y llorar en el hombro de alguien, hazlo sin más. Sigue tus emociones, ellas te ayudarán a sanar. Permítete estar mal delante de quienes te quieren.
    Si te ves con fuerzas, cuéntalo. No lo escondas. Te servirá de desahogo y para que te arropen.

  • Dale su lugar a ese bebé no nacido. 

    Cuando hay una pérdida, es bueno que haya un hecho simbólico para despedirse de ese ser querido, que aunque no haya nacido, era parte de tu familia.
    Puedes escribirle una carta donde expreses tu dolor o escribir un post donde compartas tu experiencia, plantar un árbol que lo simbolice… Lo que a ti te sirva para darle ese lugar.

  • Comparte el dolor con tu pareja. 

    Es bueno que compartas con tu pareja ese dolor y esa tristeza tras un aborto, tras vuestra pérdida. Hablad, llorad juntos, compartid vuestros miedos.
    Pasar por todas esas emociones juntos, os unirá más. Si pasáis por este duelo en silencio y en solitario es posible que os aleje.

  •  Escucha a tu cuerpo.

    Puede que estés pensando en cuál es el mejor momento para volver a intentarlo, es bueno que escuches lo que tu cuerpo te está diciendo. Si necesitas un tiempo para volver a buscar, permítete descansar y darte el espacio que necesites.
    Si por el contrario, crees que tienes las suficientes fuerzas para volver a intentarlo, busca de nuevo esa ilusión y no te desanimes ni te dejes llevar por tus miedos.
    Lo importante es, que hagas lo que hagas, te escuches. Pregúntate ¿Qué necesito?

  • Pide ayuda profesional.

    Si tras unos meses sigues igual o incluso peor, no dudes en pedir ayuda de un profesional de la psicología. Vivir con el dolor de una pérdida no es fácil y menos cuando la sociedad te lo impide o no te permite hacerlo como deberías.
    Es bueno que compartas, con alguien externo y experto, tus sentimientos, tus pensamientos y todo aquello que te ocurra para que pueda ayudarte a superar tu duelo. No implica olvidarse y hacer como si no pasara nada, sino aprender a vivir con ello.

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Permítete pasar este duelo, esta tristeza tras un aborto.

Quiero decirte que no estás sola, te entiendo perfectamente. Sé que es un palo muy duro que te ha dado la vida. Ojalá no ocurriesen estas cosas, pero no podemos cambiar lo que nos ocurre. Sí podemos cambiar la forma en la que nos enfrentamos a aquello que nos ocurre.

No se trata de pasar página como si nada. Hay que pasar por las emociones, dejarlas que actúen y escuchar siempre a nuestro cuerpo. No te guardes tu dolor ni ignores tus emociones porque te hará más daño.

Desde el otro lado de la pantalla quiero darte todo mi apoyo y mi cariño. Te mando un gran abrazo virtual. Cualquier cosa que necesites, no dudes en ponerte en contacto conmigo y entre las dos conseguiremos que superes esta horrible pérdida.

Si quieres, puedes contarnos en los comentarios tu experiencia. Puede servirte de desahogo y de ayuda a otras personas que están pasando por el mismo mal trago que tú. ¿Cómo lo has vivido? ¿Qué te ha ayudado a superarlo?





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    Lorena Honrubia

    “Desde que tengo uso de razón, me he dedicado a la ayuda de las personas que lo necesitaban, dentro de mis capacidades, tanto a personas de mi entorno como a desconocidas. Esto fue lo que me impulsó a dedicarme a la psicología. Para mí ha sido una gran satisfacción poder convertir esa vocación en mi profesión. "

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