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Desde que la pandemia entró a nuestras vidas, ha cambiado por completo muchas cosas. Una de ellas es la del uso de las mascarillas. Ayudan a no propagar ni contagiarte del virus, pero también tienen unos efectos secundarios: puedes sentir agobio, resulta más complicado respirar y hablar, se eleva el tono de voz para mayor comunicación, etc.   Pero, además, ¿te has parado a pensar cómo se pueden expresar las emociones con mascarilla? ¿Y cómo afecta a el uso de las mascarillas en la forma de expresar nuestras emociones?

En este artículo vamos a hablar de cómo nos afectan las mascarillas a la hora de expresar nuestras emociones y cómo podemos facilitar su comunicación.

¿Se ocultan las emociones con mascarilla?

Hay una expresión popular que dice que la cara es el reflejo del alma. Es cierto que, el rostro es el principal indicador emocional y que nuestras expresiones faciales reflejan cómo nos sentimos. Hay personas que saben ocultar mejor esas expresiones faciales que otras y con ello, sus emociones.

Los humanos somos capaces de realizar más de 10.000 expresiones faciales a través de los 44 músculos que tenemos en la cara. Según Paul Ekman, hay 6 emociones básicas que son expresadas de igual forma en cualquier parte del mundo, independientemente de la edad, la etnia o el género. Éstas son: alegría, enfado, miedo, tristeza, asco y sorpresa.

Ahora bien, teniendo en cuenta que las mascarillas ocultan la mitad de nuestro rostro, ¿qué ocurre con la expresión de nuestras emociones con mascarilla?

Las investigaciones que se han realizado respecto a este hecho, demuestran que es más difícil reconocer las emociones faciales en fotos con rostros que llevan mascarilla en comparación con esos mismos rostros sin mascarilla. Aún así, sigue siendo posible ese reconocimiento en más del 70% de los casos. ¿Por qué es posible identificarlas con la mitad del rostro tapada?

Las emociones no sólo se transmiten a través de las expresiones faciales. Distintos trabajos han demostrado que las emociones se pueden identificar con otros elementos como son el ritmo, el tono, el volumen, la postura y los gestos. De hecho, somos capaces de detectar las emociones de alguien cuando habla en la radio o un podcast.

Aunque falte la mitad de información en nuestro rostro, nuestro cerebro tiene la suficiente plasticidad y capacidad para compensar esa falta de información potenciando el resto de estímulos mencionados anteriormente. Poco a poco, el cerebro reaprende a procesar de otra forma la información.

¿Cómo mejorar la comunicación con mascarilla?

Como hemos dicho, la comunicación se produce en gran parte de manera visual pero también por la comunicación no verbal. Si queremos expresar o captar las emociones de los demás, debemos prestar atención a:

Mejorar el lenguaje no verbal.

Debido a que las mascarillas ocultan la mitad de nuestra cara, esto repercute a: nuestra voz se ve alterada, se nos escucha menos, se pronuncia peor, no se nos ve los labios, etc. Es por ello que, las personas sordomudas, tienen mayores dificultades para comunicarse con el uso de las mascarillas. Por ello, debemos potenciar el lenguaje no verbal:

  • Kinestesia: se trata de usar el movimiento de nuestro cuerpo para que la percepción de las emociones sea mejor. Por ejemplo, si queremos asentir positivamente a una persona realizar el movimiento de la cabeza correspondiente. O si nos piden una indicación, señalizar con la mano.
  • Paralenguaje: hace referencia a los elementos no verbales de la voz, como la entonación, el volumen, la velocidad, acentuación, ritmo, pausas y silencios. Debemos modificarlos a la hora de comunicarnos, como por ejemplo elevar más la voz, hablar más despacio o repetir si es necesario.

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Potenciar lo que sí se ve:

  • Los ojos.

La mirada es una fuente de la comunicación no verbal. El contacto visual puede determinar si nos agrada/desagrada o nos aburre lo que nuestro interlocutor nos dice.

Las pupilas de nuestros ojos reaccionan dilatándose o contrayéndose según nuestro estado de ánimo. Es por ello que, los ojos claros nos suelen parecer más atractivos, ya que es más fácil percibir las emociones.

Durante las conversaciones se suele mantener entre un 40 y 60% de contacto visual directo. De forma indirecta, nuestros ojos reproducen lo que estamos pensando o sintiendo.

Por ejemplo, la vista de las personas se dirige hacia un lado cuando mienten (procesos creativos) y hacia el lado contrario cuando recuerdan. No podemos evitarlo. Esto depende de si la persona es zurda o diestra, ya que el predominio de los hemisferios cerebrales es diferente.

  • Las cejas.

Las cejas también dan muchísima información. Incluso la frente, ya que las arrugas que se forman en esta parte de la cara son distintas en las diferentes expresiones emocionales. Y esta zona superior del rostro siempre queda a la vista, salvo que llevemos un flequillo que la tape.

Los ojos son uno de los elementos del rostro que tienen un mayor protagonismo en la comunicación. Por lo tanto, las cejas al estar encima de éstos, también tienen su papel en la expresión de emociones tanto por su forma como por su movimiento. Por ejemplo:

  • Cejas completamente elevadas=incredulidad.
  • Cejas medio elevadas=sorpresa.
  • Cejas medio fruncidas=confusión.
  • Cejas completamente fruncidas=enfado.

Controlar el ambiente externo.

En la medida que se pueda, es importante controlar el ambiente externo para mejorar la comunicación. En estos momentos es complicado porque hay que mantener la distancia social y ventilar muy a menudo.

Si eres profesor o estás dando alguna charla o conferencia, es importante mantener el contacto visual más directo para que se pueda compartir mejor la información con la mirada y con los movimientos del cuerpo.

Además, a esto se le puede añadir una mejora en el sonido como por ejemplo con micrófono y, en la medida de lo posible, la reducción del ruido externo.

También es de gran ayuda el apoyo visual extra: uso de diapositivas, vídeos, pizarra, etc. Es un complemento que ayuda que se pierda menos la información que queremos dar.

Expresar con palabras lo que sentimos.

Todos sabemos comunicarnos, pero hay a quiénes les cuesta más expresar lo que están sintiendo y eso dificulta la comunicación emocional. Si no decimos lo que nos ocurre y las mascarillas ocultan la mitad de nuestras expresiones emocionales, la otra persona no va a poder saber qué emoción sentimos.

La vía más fácil para que la otra persona no tenga que adivinar nuestro estado emocional, es decirlo directamente. Es decir, usar las palabras directamente: me siento enfadado, triste o tengo miedo. De esta manera no habrá dudas. Aunque esta parte requiere de inteligencia emocional: saber identificar la emoción en el momento y comunicarla.

¿Qué vemos y qué no vemos de las emociones con mascarilla?

Te propongo el siguiente ejercicio. Observa la primera Imagen. ¿Sabrías identificar cada emoción aun llevando mascarilla?

emociones-con-mascarilla

A continuación, vamos a describir qué expresiones de las principales emociones ocultan las mascarillas y cuáles deja ver, teniendo en cuenta los músculos que intervienen:

  • Alegría:
    • No vemos con mascarilla: Se contrae el músculo del pómulo al labio superior (sonrisa).
    • Sí vemos con mascarilla: La contracción del orbicular que rodea el ojo.
  • Tristeza:
    • No vemos con mascarilla: Estiramiento de los labios horizontalmente.
    • Sí vemos con mascarilla: Se arruga el entrecejo, los párpados superiores se caen y las cejas se angulan hacia arriba.
  • Ira:
    • No vemos con mascarilla: Se aprietan los dientes.
    • Sí vemos con mascarilla: Cejas juntas y orientadas hacia abajo, fijación de la mirada.
  • Sorpresa:
    • No vemos con mascarilla: La mandíbula tiende a caer un poco.
    • Sí vemos con mascarilla:  Los párpados superiores se elevan y los inferiores se tensan.
  • Asco:
    • No vemos con mascarilla: Se arruga la nariz y se eleva el labio superior.
    • Sí vemos con mascarilla: Estrechamiento de los ojos.
  • Miedo:
    • No vemos con mascarilla: Alargamiento de los labios hacia atrás.
    • Sí vemos con mascarilla: Elevación de los párpados superiores y los inferiores se tensan.

En esta otra imagen, podemos comprobar cómo se expresarían las distintas emociones cuando no llevamos mascarilla.

emociones-con-mascarilla

Fíjate en la diferencia entre las cómo veríamos a las personas expresar emociones con mascarilla y sin ella, pero también observa cómo la parte superior del rostro y los movimientos corporales aportan información muy valiosa para la identificación de cada emoción.

Para concluir…

En resumen, es más complicado expresar nuestras emociones con mascarilla puesto que hay muchas interferencias en la comunicación al disminuir el volumen de la voz, dificultar la respiración y ocultar la mitad de las expresiones faciales.

Una de las mayores dificultades de las mascarillas es que ocultan la boca y con ello, impiden la lectura labial, que es indispensable para las personas con pérdidas de audición.

Pero, afortunadamente, la comunicación es una experiencia multisensorial: como la entonación, los gestos, la postura, que compensan eficazmente los efectos de la mascarilla.

Antes del uso de las mascarillas, también vivíamos situaciones cotidianas dónde la comunicación de emociones se veía mermada. Por ejemplo, en presencia de ruido ambiental, en la radio o por teléfono. En cualquier caso, la solución pasa por adaptarse y utilizar otras estrategias que tengamos para ayudar a que esa expresión emocional sea efectiva.

Si nuestro interlocutor tiene dificultades para entendernos por problemas de audición o escasa capacidad lingüística, o con los niños por su corta edad, es importante procurar articular con mayor claridad, hablar a un volumen satisfactorio y acentuar las expresiones faciales cuando nos comunicamos mediante mascarilla.

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En definitiva, la comunicación es un factor muy importante para la interacción con los demás. Por ello, es un sistema flexible y tolerante a las distorsiones que puedan interferir. Ahora bien, cómo lo uses está en tu capacidad de adaptación.

Si quieres, puedes contarnos en los comentarios tu experiencia a la hora de expresar tus emociones con mascarilla y si has notado que te ha dificultado mucho hacerlo.

Lorena Honrubia

“Desde que tengo uso de razón, me he dedicado a la ayuda de las personas que lo necesitaban, dentro de mis capacidades, tanto a personas de mi entorno como a desconocidas. Esto fue lo que me impulsó a dedicarme a la psicología. Para mí ha sido una gran satisfacción poder convertir esa vocación en mi profesión. "

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